TRASTORNO

Nos encontrábamos camino a la finca de mis abuelos, mi padre conducía y mi madre iba en el copiloto, yo iba en la parte de atrás del automóvil, eran mis fue el viaje más tenso de mi vida, antes de salir yo había discutido con mis padres, una pequeña pelea por mis calificaciones en el colegio y mi rendimiento académico, eso sinceramente me importaba poco, fue lo mismo de siempre, mi madre usando la manipulación emocional, llorando para hacerme sentir mal y lograr que cambie mi actitud para manipularme, lo típico que hacen las madres, lo cual no funciona conmigo y mi padre me echaba en cara todo el trabajo, todo lo que él se esfuerza para todo, ya estoy cansado de eso así que solamente los ignoraba y cuando terminaron sólo me fui del mi casa y volví al día siguiente en la mañana. Mis padres decidieron que ya no podrían más con mi comportamiento así que me van a castigar con un viaje.

 

El viaje aburrido, mis padres empezaron con otro sermón esta vez estaba preparado, me compré unos audífonos aislantes y con eso no escuchaba nada que no fuera mi música, estaba concentrado en mi mundo, antes de salir de viaje descargué algunos álbumes de mis bandas favoritas en Spotify, descargué algo de Twenty One Pilots, Artic Monkeys, The Neightborhood, Tipling Rock y algunas más, para hacer que las vacaciones fueran más llevaderas.

Luego de unas tres horas de viaje estábamos a punto de llegar a la finca de mi abuelo, apenas llaguemos empezaría la verdadera tortura.

Nos encontrábamos en la finca, me bajé del automóvil, me tocó bajar el equipaje, y saludé a mis abuelos no se veían tan intimidantes como de costumbre, podría decirse que hasta fueron amigables, tenía años desde que mis abuelos no eran así conmigo me dejaron anonadado, siempre me han tratado mal, como hijo del demonio desde un incidente en la cena familiar, me sorprendieron con su forma de actuar los saludé y subí a mi habitación, un cuarto simple sólo para mí, el cuarto pequeño una sola cama un piso rustico y una ventana que muestra un bosque que no esta tan lejos de la finca, no se ve algo peligroso, mejor no acercarse ahí.

 

Pasan las horas y llega la hora de la cena, en todas las paradas que hicimos en el camino para descansar no tuve que tener ninguna conversación con mis padres, pensé que podría evitar la interacción todas las vacaciones, era obvio que no podría, pero tenía fe de que lograría, bajé a cenar, se me quedó mi celular en la habitación no me percate de ello hasta que llegué a la mesa, no le presta tanta atención a ello y no pensé que fuera gran problema, grave error de mi parte.

 

Fue la peor cena de mi vida, muy incómoda, se presentó una gran discusión, mis padres le habían contado a mis abuelos mis problemas en el colegio y ellos con personas muy creyentes y dijeron que eso es causa de mis pensamientos del demonio, que eso era debido a que me alejé de Dios y todos mis problemas eran debido a eso, que desde me declaré agnóstico frente a la familia me volví peor persona, eso me molestó mucho así que decidí defenderme.

 

-Es que desde que te alejaste de Dios te está yendo peor en todo- dijo mi abuela con un tono de rabia, el típico de ella- te estas volviendo un hijo del demonio.

 

-Mira queridísima abuela - dije con sarcasmo- no soy ni un hijo del demonio ni me alejé de Dios, porque no existen tales cosas como esas.

 

-No le hables así a tu abuela - dijo mi abuelo gritando – es tu abuela no puedes tratarla así, aparte como te atreves a decir que Dios no existe, él fue el que nos trajo aquí a este mundo.

 

-Saben qué? – dije con rabia – no necesito tratar con gente con tan poco nivel intelectual, me estresa tratar con gente como ustedes.

 

Me fui de ese lugar salí a caminar hasta perderme. Me adentre en el bosque, ese que se alcanzaba a ver desde desdé la ventana de mi habitación, me parecía mejor pasar la noche en la intemperie que en esa casa, lleno de gritos, una casa donde sólo gritan no se le puede llamar hogar. Caminé por unos cuarenta minutos, hasta llegar a lo que se le podría llamar el corazón del bosque, un pequeño descampado, rodeado por follaje del bosque, en ese lugar caía toda la luz de la luna haciéndolo un lugar hermoso, decidí pasar la noche.

 

Logré dormir como una hora, me desperté por unas aves cerca del lugar, todas posicionadas en las copas de los árboles, todos mirando a un lugar y algunas volando a ese lugar, por curiosidad fui a ver que sucedía por allá salí del bosque, llegué a un gran campo donde todos los cuervos esperaban apoyados en las copas de los árboles, había una gran bola de fuego moviéndose a una gran velocidad, dejando una estela de brazas por su camino, tenía forma de cuervo y en ese momento dije unas palabras.

 

Ahí viene la luz.

 

En ese momento esa luz, se avecina a mí con gran velocidad y me da de pleno, era imposible esquivarla, en el momento que me da me encuentro con mucho calor, estaba ardiendo por dentro, caigo al suelo y siento gran pesadez en el cuerpo, pensé que ese era mi momento de morir, me quedé noqueado, sin nada de fuerzas, veía una sombra mientras entrecerraba los ojos.

 

Desperté, ya era de día, me sentía muy cansado, como si hubiera corrido muchos kilómetros, me sentía agotado, sin fuerzas, apenas las suficientes para caminar hasta la casa, y estaba muy lejos de ella, me puse en marcha porque me quedaba recorrido, luego de caminar mucho llegué a la casa y ahí estaban mis padres y abuelos sin ningún tipo de preocupación por mí, sólo me gritaban por salir de la casa como lo hice, evite hablar con ellos, me dirigí a la habitación a descansar, intente dormir pero no pude, me dolía mucho la cabeza, me estaba torturando ese dolor, sólo salía del cuarto para buscar mi comida y luego volvía a el.

 

En la noche apenas pude conciliar el sueño, apenas pude dormir, desperté en mitad del sueño, no me podía mover, y me encuentro en la habitación, en la ventana se encontraba un cuervo mirándome, y en una silla se encontraba un señor vestido de negro, muy pálido, alto y me empezó a hablar, se presentó, dijo que se llamaba Anthony, lo dijo con una voz gruesa, me dijo muchas cosas hizo un monologo hablando de su vida y diciendo que no estaba conforme con el cuerpo que poseyó, pero es lo único que pudo conseguir y no podía quejarse mucho, yo estaba ahí solamente oyendo, sin posibilidad de moverme ni gritar, él me dijo que ni intentara moverme que no podría, que no tenía la fuerza de voluntad para hacerlo, que soy débil, él me dijo que me acompañaría el resto de mi vida, que me ayudaría de cierta forma, luego de decir esas palabras el cuervo en la ventana se fue, y él se despidió.

 

En la mañana me sentía más fuerte, ya me habían vuelto las fuerzas, fui desayune, y algo dentro de mi cuerpo me decía que fuera al bosque yo solamente iba sin dudar nada, y así fueron mis vacaciones, él aparecía en mis sueños, y en el día me dirigía al bosque así por varios días, hasta que un día él se manifiesta en el día, en medio del almuerzo y él me habla yo le conteste normal en voz alta, y teníamos una conversación, era la primera vez que pude hablar con él, mi familia me empezó a mirar como con cara de que estoy loco, me preguntaron con quién estaba hablando, en ese momento me di cuenta de que ellos no lo veían ni oían.

 

Él el resto de vacaciones me metía ideas raras a la cabeza que en un par de veces casi cometo, entre ellas un par de ideas suicidas y yo le decía que no lo haría y me forzaba a hacerlo varias veces, tomaba control de mi cuerpo, pero yo batallaba contra él.

 

Una noche él volvió en mis sueños, él estaba ahí parado y el cuervo seguía en la ventana como siempre, él esta vez me dijo que le hiciera caso o haría mi vida una tortura, yo le contesté era la primera vez que pude hablar con él en mis sueños, él se sorprendió, pero hizo como si no hubiera pasado nada, yo le decía que se atreviera a torturarme que él no podría, y me pare de la cama retándolo, él colocó cara de miedo impresionado de lo que acababa de hacer.

 

Él aun con miedo me dijo que seguía teniendo el poder y que yo no podría hacer nada contra él, yo en ese momento tomé el cuervo y él empezó a temblar y puso una voz nerviosa, le dije, sé que esto te mantiene en mi mente, y si mato este cuervo no te volveré a ver, él asustado me dijo que no me atrevería a hacer eso, le dije.

 

Aquí se va la luz.

 

Desperté del sueño y no he vuelto a saber nada de él en mucho tiempo, han pasado dos años desde eso y no ha vuelto a mi cabeza.

 

 

No ha vuelto la luz.